Durante mi infancia la danza era mi gran pasión y cuando llegué al techo de mis capacidades como bailarina me costó mucho encontrar un camino profesional que me llenara con la misma ilusión. Después de terminar la escuela secundaria me di un tiempo de búsqueda para encontrar lo que tenía que hacer, que al final me llevó a estudiar empresariales. Una elección pragmática que tomé sabiendo que algún día encontraría mi verdadero camino.

 

Mi primer contacto con el yoga fue en el 2004 cuando se abrió un centro de yoga cerca de mi casa y me apunté para un taller de introducción. ¡Estaba muy intrigada! En el 2005 me cambié de país para instalarme de forma definitiva a Barcelona, un sueño que tenía desde los 18 años. ¡Fue el principio de mi nueva vida!

 

Ahí, todavía antes del gran auge del yoga, tardé en encontrar una escuela que me ofreciera el estilo dinámico que buscaba, así que seguí practicando por mi cuenta durante varios años. También me fui adentrando cada vez más en un estilo de vida saludable, y decidí formarme como Naturópata.  Fue en el 2010 cuando empecé a practicar yoga de forma más disciplinada, probando diferentes estilos. Empecé la formación de 200 horas en Yoga One, seguido por la formación de 500 horas, y sin buscarlo llegó el momento de empezar a impartir clases. ¡Sentí que por fin había llegado a mi propósito! 

 

Desde entonces he dado clases en centros pequeños, los gimnasios DIR y Yoga One. También seguí formándome con profesores locales e internacionales y he tenido la gran suerte de poder traducir a muchos de ellos. En el 2019 se cumplió otro sueño:  Me formé con Dharma Mittra en Nueva York en la formación de 500 horas.

 

Durante los últimos años he sido coordinadora de Yoga One Tuset y Mandri, he participado en el Global Yoga Congress desde su lanzamiento y fui uno de los profesores de Yoga One que impartió clases diarias por Instagram durante todo el confinamiento en el 2020. 

 

Ahora ha llegado el momento de abrir las puertas de Alma de Yoga, mi propio espacio en Premià de Dalt. Un espacio con aforo limitado, atención personalizada y ¡unas vistas que te ayudarán a desconectar!

También sigo vinculada con Yoga One, donde continúo impartiendo clases y formaciones.

 

Vivo desde la gratitud y el amor, reconociendo en cada uno la conexión divina.

 

¡Permíteme ayudarte a conectar con la chispa divina que llevas dentro! 

 

 

 

Namasté